Es un vampiro-timador profesional. Su única misión, es cobrar a Raculín. Facturas de la luz, del agua, la comunidad…
Viste un traje de mecánico, con un parche cosido de “Sevillana de Electricidad” que se encontró un día en el suelo. Raculín pinchó su luz a la de la gran Mansión y les roba el agua del pozo, pero hace tantísimos años de eso que ni se acuerda. El Cobrador se aprovecha de su mala memoria y se inventa las facturas…
Se encuentra instalado en un río cercano, a 50 metros, y cada mañana hace como que llega sudando de la ciudad para cobrar. Su vehículo es una bicicleta oxidada con las ruedas muy pequeñas.
Tiene más cara que espalda y siempre se queda a comer con las excusas más tontas…
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